
La fundación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) en 1943 marcó un parteaguas en la historia de la educación superior en México. Conocido simplemente como el “Tec de Monterrey”, esta universidad surgió del compromiso de un grupo de empresarios regiomontanos encabezados por Eugenio Garza Sada. Su visión era clara: formar líderes capaces de enfrentar los retos del mundo moderno, con una sólida preparación técnica, ética profesional y mentalidad global.
En aquel entonces, México atravesaba tiempos de transformación, y Monterrey se consolidaba como un polo industrial de gran relevancia. No obstante, muchos empresarios enfrentaban una carencia crítica: la falta de profesionistas bien capacitados que pudieran asumir responsabilidades técnicas y directivas en empresas en crecimiento. Fue en este contexto que nació el Tec, una universidad privada, sin fines de lucro, orientada a la ciencia, la tecnología, la administración y los negocios, con estándares educativos comparables a los de las mejores instituciones del mundo.
Desde sus inicios, el ITESM rompió esquemas. Su campus original, ubicado en el centro de Monterrey, implementó un modelo educativo innovador que priorizaba el aprendizaje activo, el análisis de casos reales, la interacción constante con la industria y el desarrollo de habilidades prácticas. Esto le permitió destacar rápidamente como una institución de vanguardia.
El Tec fue pionero en muchas áreas: creó laboratorios altamente equipados, centros de idiomas, programas de intercambio académico internacional y convenios con empresas para prácticas profesionales. A diferencia de otros modelos más tradicionales, su enfoque combinaba formación académica de calidad con visión empresarial y tecnológica, algo que respondía perfectamente a las necesidades del país.
El impacto del ITESM en la ciudad ha sido profundo y duradero. Miles de egresados han ocupado roles clave en la transformación económica de Monterrey y de México entero. Muchos de ellos han fundado empresas, liderado proyectos innovadores o contribuido al fortalecimiento de sectores como el tecnológico, el industrial y el financiero. El Tec también ha impulsado la creación de parques tecnológicos, centros de investigación y espacios de emprendimiento que han posicionado a Monterrey como una ciudad del conocimiento.
Con el paso del tiempo, la institución se ha expandido notablemente. Hoy cuenta con más de 30 campus distribuidos por todo el país y mantiene una presencia creciente en el extranjero. Sin embargo, su centro de operaciones y su identidad permanecen arraigados en Monterrey. Su campus principal, convertido en Ciudad Tecnológica, destaca por su diseño sostenible, sus espacios de innovación y su vibrante vida estudiantil.
Más allá de lo académico, el Tec ha mantenido un firme compromiso social. Ofrece becas, impulsa proyectos de impacto comunitario, fomenta el liderazgo ético y promueve una educación incluyente. Todo esto forma parte de su visión integral del desarrollo humano.
En resumen, el nacimiento del ITESM fue una apuesta audaz por el futuro de México. Gracias a su enfoque innovador y su constante adaptación a los tiempos, se ha convertido en uno de los pilares que explican el crecimiento económico, tecnológico y social de Monterrey. Su historia demuestra que invertir en educación es invertir en el progreso de un país.
